Tolerancia

El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de un valor admirable y ausente en estos tiempos. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar. Aparece como un valor reacio a la sociedad que se puede definir como la capacidad de conceder la misma importancia a la forma de ser, de pensar y de vivir de los demás que a nuestra propia manera de ser, de pensar y de vivir, o sea, la capacidad que tenemos los seres humanos de aceptar ideales, opiniones, etc. Diferentes a las nuestras, viéndolas como una opción tan valida como la que nosotros hemos tomado.
Después de describir en términos generales la Tolerancia, tengo que hacerme una simple pregunta para proseguir con este ensayo; ¿Soy tolerante? Sinceramente creo si, comprendo que mis creencias, costumbres e ideales no son ni mejores ni peores que las de las otras personas, sino simplemente distintas, al saber esto estoy siendo respetuosa y tolerante con mí alrededor, creo que no es necesario compartir opinión para ser capaz de considerar a esta valida.
Al ver hacia atrás, a la historia del mundo antiguo y moderno podríamos apreciar a lo que llego el hombre por sus faltas de respeto, de ética, y principalmente de tolerancia, segado por las ansias de poder, ha arrasado con lo derechos de millones de personas, hasta terminando con las vidas de estas. Nuestra sociedad ha llegado al punto que el clasismo, rasismo, y muchos más se han hecho normales e incluso aceptados en esta. La poca tolerancia no solo afecta mandatario, dirigentes o algo por el estilo, sino que también a funcionarios de educación, salud, o cualquier institución pública. Hecho que impide el buen funcionamiento de estas, provocando la poca objetividad y gradualmente injusticias con nuestros compañeros de trabajo, estudio, etc.
Aunque el mundo ha evolucionado en esto, la intolerancia le sigue ganando la batalla a la tolerancia. La intolerancia no requiere razones, ni argumentos sólidos para existir. Se da sin que tengan que haber ideas inteligentes para justificarla o validarla. Existe sin quesea necesario acudir a la lógica o a las aulas universitarias para ejercerla y sacarla alas calles. Esa es la suerte de las personas intolerantes: sus actos no requieren explicación. No hay conciencia del hecho ni culpa por lo que resulte de éste. Aunque haya muertos, no hay castigos para esto; en ocasiones, incluso, se premia.
La intolerancia es un acto instintivo, de fe. Quien tiene fe no indaga en los motivos del porque.
Ni la religión, ni la escuela, ni la familia, ni la democracia, ni la ética, ni todo lo relacionado con el conocimiento o intelecto han sido suficientes para imponer su lógica. A pesar de que todas las personas que se dicen interesadas en el bienestar del mundo, desean que este se rija por la tolerancia, la batalla esta siendo ganada por la intolerancia, quizás, como ya dije, porque no requiere preguntar antes de llevar a cabo sus acciones y porque no tiene que confrontar ni responder después de haberse ejercido.
Así como se hablaba tiempo atrás del fantasma del comunismo en chile y se habla hoy día de racismo, es imprescindible discutir acerca de la intolerancia, La tolerancia, bien entendida tiene límites, es una es un valor que puede dignificar la condición humana. La ética y la tolerancia deberían enseñársenos desde pequeños para mejorar la situación actual. El problema no es si la idea es buena o mala. El problema es llevarla a cabo a tiempo y en un mundo donde la moral, la razón y la lógica pierden, día a día, la batalla contra las sinrazones que sustentan la intolerancia.
Tolerar es mucho más que dejar hacer para que no nos molesten. Es el respeto activo que posibilita la convivencia y el descubrimiento de nuevos horizontes. Hay que tener presente que nadie tiene el punto de vista absoluto. Todas las perspectivas son parciales y limitadas. Ser tolerantes nos simplemente nos enriquece como personas.